Consumación de la Independencia

La tercera etapa 


Entre los años 1816 y 1820, el movimiento insurgente con sus máximos comandantes y líderes presos o fusilados, perdía mucha fuerza. Desde el extranjero llegaron refuerzos como el de Javier Mina, pero estos intentos fracasaron ante el ejército realista, que con el regreso de Fernando VII a la corona española, había retomado más poder. Estaba el caso del líder insurgente Guadalupe Victoria, que había perdido sus territorios conquistados en Veracruz, y ahora con su poder disminuido y sin ejército se hallaba escondido en la selva, sobreviviendo como un forajido.  

El único camino que le quedó al ejército insurgente (bueno a lo que quedaba de él) fue la pura resistencia; esto sobre todo en la zona sur del país, con Vicente Guerrero a la cabeza. Guadalupe Victoria, aunque ya no contaba con el ejercito ni el mando de antes se negaba a rendirse ni a aceptar el indulto del virrey Juan José Ruiz de Apodaca, así como muchos otros líderes insurgentes como López Rayón y Nicolás Bravo estaban presos.    

Vicente Guerrero, liderando la resistencia sabía que un triunfo directo venciendo en batalla al ejército realista era imposible. Es por esto que buscó por las formas diplomáticas conspirar con algún general del ejercito español, pidiéndoles una alianza y que juntos formaran la independencia. Suena algo descabellada la propuesta de Guerrero, sin embargo no lo era tanto, pues el general realista que accediera a esto, seguramente lo convertiría en el héroe que terminó la guerra; una guerra que llevaba más de diez años. Aún así, las cartas de Guerrero eran contestadas manifestadas con rechazo.

Aires de cambio en España

Antes de continuar con este apartado pongamos en claro dos conceptos para que podamos entender el gran cambio que ocurrió en todo el imperio español:

  • Absolutismo, es la forma de gobierno en la cual el poder cae en el rey. Esta forma de gobierno se caracteriza por beneficiar a unos pocos y ser desigual ante la ley, es decir que unos tiene privilegios, sobre todo aquellos que compartan la raza y religión del rey. 
  • Monarquía Constitucional: Este tipo de gobierno no quita al rey, pero lo que sí hace es no permitirle tanto poder, pues permite que algunos cargos sean de elección popular y que sean las leyes las que dicten como gobernarse. Esta forma de gobierno se caracteriza por buscar más la inclusión y la igualdad de todos los habitantes de un imperio o reino.     

Como recordaremos, durante el tiempo (6 años) por el cual el rey Fernando VII fue hecho prisionero durante la invasión de Napoleón Bonaparte a España, el pueblo español vivió una batalla por su propia independencia contra los franceses. Esto de 1808 a 1814. Sería incluso este acontecimiento uno de los antecedentes que causara las rebeliones en los virreinatos españoles en América. Durante ese tiempo los españoles liberales, en las cortes de Cádiz, España reunidos en un congreso constituyente promulgan la Constitución de 1812. Esta era una gran constitución liberal para su tiempo, pues le quitaba poder al rey creando una monarquía constitucional en la cual el poder recaía en el gobierno y no solo en un rey absolutista, manifestaba libertades de expresión, derechos y promulgaba a todos los habitantes del Imperio Español como españoles e iguales ante la ley. Cuando el rey Fernando VII regresa al trono en 1814, ordena tumbar dicha constitución, pues a la nobleza no le convenía, y manda perseguir a los diputados liberales que la habían promulgado; una desilusión para los españoles que anhelaban un cambio para España. El absolutismo donde solo el rey gobernaba volvía, aún así, seis años después en 1820 "se le da la vuelta a la tortilla" por las revoluciones liberales logrando que el rey español firme la constitución y España se convierte en una monarquía liberal. 


Las cortes de Cádiz, España con sus políticos liberales crearon una de las constituciones más arriesgadas y humanistas de la época. A veces suena raro pensar que los mismos españoles fueron los que quisieron que desaparecieran los virreinatos, y que aún cuando ellos tenían una posición favorable desearan que hubiera más igualdad. Pero recordemos que eran personas liberales, las cuales creían en las ideas de las ilustración estas ideas respetaban la libertad sobre cualquier cosa. Lo que buscaban estos liberales con la Constitución de Cádiz era unificar todos los territorios de España en una sola nación.    

Cuando el rey Fernando VII firma la constitución terminan los virreinatos de España en América, y estos se convierten en distintas provincias. Las cuales seguían dependiendo de España y tenían a Madrid como su capital, pero contaban con autonomía para gobernarse y eran dirigidas por un Jefe Político Superior y una diputación con siete miembros que eran elegidas por el voto. Este fue un cambio radical. De alguna forma aquello que habían soñado los primeros insurgentes se hacía realidad y eran los mismos españoles (los liberales) quienes lo habían logrado. No había independencia, pero si había mejores derechos y la facultad de gobernarse.    


  








 Toda esto (lo rojo) era la nación que unía en una sola la Constitución de Cádiz.

La constitución liberal y los españoles absolutistas no se llevan bien  

La Constitución de Cádiz de 1812, apodada la Pepa (ya habíamos visto porque la semana anterior, acuérdate que se promulgó el día de San José, 19 de marzo) era la gran heroína. Pues sus leyes liberales no solo eran aplicables en España, sino en todos los otros territorios dependientes. Estos cambios radicales se incluían a la Nueva España que por cierto como dijimos ya no era un virreinato, sino un grupo de provincias. Esto como te podrás imaginar, no era muy bueno para los españoles realistas que habitaban la Nueva España, los cuales tenían grandes beneficios con el pasado régimen absolutista; los beneficios de tan solo ser nacido español ahora desaparecían y todos se volvían iguales ante la ley. Era indignante para algunos españoles el que ante la ley ahora valieran lo mismo que un mestizo o indígena, o que los presos insurgentes como Bravo y Rayón debieran ser liberados y ni que hablar de quitar el fuero eclesiástico con el cual los sacerdotes católicos no pagan algún castigo frente la ley. De modo que algunos españoles que habitaban en la Nueva España, sobre todo aquellos dueños de grandes empresas o cercanos al gobierno no simpatizaban nada con los cambios liberales hechos desde España ni con la Pepa.   

Aparece Agustín de Iturbide

Los españoles quienes temían las implementaciones de la Constitución de Cádiz en Nueva España y deseaban conservar el poder absolutista que antes existía, entre ellos obispos, políticos peninsulares y el virrey, comenzaron a reunirse de forma secreta en un templo católico de la Ciudad de México, conocido como La Profesa. Dichas conspiraciones, conocidas como conspiraciones de la Profesa, tenían como propósito crear la Independencia de México y conservar un gobierno absolutista. 

Es curioso como los conspiradores de la Profesa eran quienes antes rechazaban e incluso peleaban en contra de los insurgentes quienes deseaban la independencia, y ahora eran ellos mismos quienes la quería. Claro los motivos eran muy distintos. Los conspiradores del templo de la Profesa buscaban independizarse de España con el firme propósito de que la Constitución de Cádiz no tuviera valor sobre ellos, además de que deseaban una monarquía absolutista gobernada por un rey de la realeza española. Dicho con otras palabras lo que buscaban estos españoles era crear un España como la de antes en la Nueva España y así no perder sus privilegios y no ser regidos por la nueva constitución. 

Para hacer esto los conspiradores de la Profesa pusieron al comandante de origen criollo  Agustín de Iturbide al mando de los ejércitos realistas del Sur. La misión de Iturbide era lograr la independencia ya fuera derrotando a Vicente Guerrero y a su mano derecha Pedro Asencio o lograr convencerlo de que se le uniera bajo sus propios términos. 







Iturbide se había ganado el respeto como cabecilla militar pues había enfrentado e incluso derrotado en algunas batallas a insurgentes como Hidalgo, Morelos y López Rayón. Pero ahora contra Guerrero había sufrido muchas derrotas. Iturbide excusaba a que Vicente Guerrero y su ejército conocían muy bien la geografía del sur y que ganarles era imposible.  

Convencido Iturbide de que la guerra parecía prolongarse más le escribió una carta a Guerrero, en esta le proponía al líder insurgente unírsele y firmar juntos la independencia. Claro que Guerrero no aceptó la alianza tan fácilmente, primero debía confiar en él. Aunque este era muy consciente de dos cosas: que su ejército no era lo suficientemente grande para ir más allá del Sur para lograr la independencia por su cuenta y de que esta era la gran oportunidad que estaba buscando. Por lo tanto las cartas entre Iturbide y Guerrero continuaron. En estas cartas se entabló una especie de amistad, pues ambos confesaron su interés por la independencia y de no depender de ningún otro imperio, el amor a su patria (recordemos que Iturbide no era peninsular, sino criollo), y su deber con la igualdad y la libertad de su pueblo. Aunque en algunos aspectos menores los dos personajes pensaban distinto en lo mayor querían lo mismo; la independencia. Una nación que se gobernara sin el yugo de cualquier otra. 

Nace el Plan de Iguala y el Ejército Trigarante 

El 10 de febrero de 1821 Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero acuerdan verse en Acatempan, donde con un abrazo (aunque hay teorías que afirman que ese abrazo nunca existió) sellan la alianza. Entendamos que aunque fue una alianza está no fue en los mismos términos para ambos, pues fue Vicente Guerrero quien cede el control de su ejército y se pone bajo las órdenes de Iturbide, sabiendo que su ejercito es menor y creyendo en la buena voluntad de este otro de hacer la independencia con un acuerdo que beneficie a todos. Hasta este punto los conspiradores de la Profesa creerían que Iturbide hizo todo bien, pues les traía la independencia que tanto anhelaban. 

Para darle un sentido formal a la alianza de ejércitos y la creación de la Independencia el 24 de febrero de 1821 se crea el Plan de Iguala, el cual lleva ese nombre porque fue escrito y firmado en la ciudad de Iguala. Este plan demandaba y afirmaba lo siguiente:

  • La Independencia de México
  • Una forma de gobierno de monarquía moderada constitucional, moderada por un congreso.
  • La religión católica se establecía como la única.
  • La unión e igualdad de todos los mexicanos, sin castas.           

El trono de dicha monarquía moderada se le ofrecía al Fernando VII, sino a cualquier noble de la corona española. Se entiende que esto suene extraño, ¿Cómo si se acaba de acordar la independencia de México se le ofrezca a un noble español que tome el mando? Entendamos que adoptar reyes provenientes de otras naciones era algo usual, siempre y cuando se respetara la independencia y que se estaba optando por ser una monarquía . Además Iturbide, quien es el autor principal del Plan de Iguala, es consciente de que ningún noble español mucho menos el rey Fernando VII aceptará la corona de la monarquía mexicana. Eso dejaría el puesto vacío para que el mismo Iturbide pueda tomarlo en un futuro cercano. 

Además los ejércitos insurgentes al mando de Guerrero y los de Iturbide se unen bajo uno solo: el Ejército Trigarante; pues defendía las tres garantías principales del Plan de Iguala: Independencia, religión católica y la unión de todas las castas en un solo pueblo. Era Iturbide quien se quedaba como general de este gran ejército.  


Esta es la bandera del ejército Trigarante, donde el blanco era por la pureza del catolicismo, el verde por la Independencia y el rojo por la unión de todos bajo una sola clase social. 

 Los conspiradores de la Profesa se vieron traicionados por Iturbide, pues ellos no aceptaban ni deseaban una monarquía moderada, sino una absoluta, en la cual no debía haber igualdad, por lo tanto la desaparición de castas bajo una misma unión de mexicanos les parecía en contra de sus intereses. Es por eso que Juan José Ruiz de Apodaca mandó al ejército realista del centro a combatir al nuevo ejército Trigarante, pero explicado de forma breve estos no pudieron hacerles frente. 

El Plan de Iguala no satisfacía a todos los insurgentes ni a todos los realistas, sin embargo cada uno se conformó con lo que pudo; los insurgentes se tuvieron que conformar con el haber logrado la independencia, aunque no fuera en forma de República como ellos lo deseaban, y los realistas debieron conformarse con tener una monarquía constitucional, aunque muchos hubieran preferido una absoluta. Comprendamos que de igual manera se buscaba parar a una guerra violenta que llevaba 11 años y que estaba cada vez destruyendo más al país desde adentro, era necesario tomar decisiones y comenzar a edificar la nueva nación lo más pronto posible. 

Este arroz ya se coció  

Aunque la independencia ya era un hecho inevitable para los pobladores del ahora México, faltaba que el mismo gobierno español la reconociera y se rindiera. Ruiz de Apodaca había sido destituido como Jefe Político Superior lo que antes era el virrey, y España mandó a Juan O´Donojú como nuevo Jefe Político Superior de la Nueva España, el cual al ver que mediante el Plan de Iguala, Iturbide había encabezado una sublevación apoyada por la mayoría de las fuerzas militares no le quedó más que aceptar la Independencia de México en los tratados de Córdova. De esta manera, a partir de los Tratados de Córdova el conocido como último virrey (aunque ya no ese era el nombre oficial) obligó la liberación de los insurgentes presos y que los ejércitos realistas que todavía se resistían a abandonar sus puestos se retirarán de la capital para que el ejercito Trigarante pudiera entrar en cualidad de victoriosos. En pocas palabras, Juan O´Donojú le entrega el gobierno a Iturbide. 

Se sabe que aunque Juan O´Donojú entrega el gobierno a Iturbide otorgando la independencia, en realidad este no estaba facultado para hacer eso. Es como si regalaras algo que no es tuyo. Oficialmente España no aceptaba la independencia de México. Por lo tanto mandarían expediciones militares tratando de reconquistarlo, las cuales fallarían. La independencia se había logrado únicamente porque ambos bandos pudieron ponerse de acuerdo, tanto realistas como insurgentes.   


Iturbide liderando el ejército Trigarante entrando a la ciudad de México.  

Así el 27 de septiembre de 1821, el ejercito Trigarante que unía el ejercito de Iturbide con el de los insurgentes entra a la Ciudad de México triunfante. La independencia había sido consumada. Al siguiente día, el 28 de septiembre de 1821 se crea y firma el Acta de Independencia del Imperio Mexicano. Así es, como en el Plan de Iguala lo mencionaba el México Independiente nacería siendo una monarquía y su gran extensión, su diversidad de culturas, y su poder le daba la calidad de Imperio. Y quizá ya se imaginen quien sería ese primer gran emperador de México.

Este año se celebra el 200 aniversario de la consumación independentista. Donde la gran enseñanza es que la única manera de como lograremos grandes cambios para nuestra nación será cuando logremos ponernos de acuerdo por el bien común de nuestro país.  

 



         

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